Familias de todo el mundo estamos aquí para reflexionar sobre el tiempo en familia y el poder de ello. Estos últimos meses hemos podido comprobarlo y disfrutarlo más que nunca. El tiempo en familia cuida, cura y repara. Cuando estamos juntos podemos conocernos más a nosotros mismos y a nuestros propios hijos. El tiempo en familia nos ayuda a conectar con ellos y a cuidar nuestro vínculo.
Hablo de tiempo en familia respetuoso y dedicado, donde la presencia, la escucha y la observación son los tres pilares claves. Estamos inmersos en la inmediatez del momento, de las llamadas, los emails, las redes sociales, los WhatsApp, etc. y nos perdemos el estar presentes de verdad y con todos nuestros sentidos. Vivimos en una rueda de trabajo que nos dificulta el parar para jugar, para pasarlo bien, para relajarnos y disfrutar. Y cuando lo hacemos nos sentimos culpables por todas esas tareas del hogar y del trabajo que tenemos aún por hacer.
Os invito a recordar los tiempos que tenemos; tiempo para trabajar, tiempo para las amigas, tiempo para la pareja, tiempo para comer, tiempo para dormir, tiempo para hobbies, tiempo para pasear, tiempo en familia, y así podemos establecer todos los tiempos que necesitemos o que debamos priorizar en nuestro día a día. Os propongo que los respetéis y les dediquéis a cada uno su valor y su reconocimiento. Como cuando estamos trabajando no estamos con los amigos, cuando estemos con los amigos no estaremos trabajando; como cuando estamos viendo una película en el cine no contestamos un email, pues no contestaremos un email cuando estemos jugando con nuestros hijos.
Estamos reflexionando sobre el tiempo de calidad y lo que nos aporta a nosotros y a ellos, necesitamos tiempos de escucha y de juego. Las ocasiones que tengamos son para disfrutarlas, vamos a ajustar los tiempos para que así podamos ofrecer momentos de calidad y no de cantidad. Más vale poco tiempo y bueno, que mucho y malo. Al final, si cuando estás con tus hijos estás barriendo, cocinando, contestando un email o hablando con una amiga por teléfono, tus hijos no pueden llegar a conectar contigo ni tú con ellos. ¿Has probado alguna vez a jugar con tu hijo de verdad o salir a pasear, ir a la playa, hacer castillos de arena o hacer una siesta juntos? Cuando les dedicamos estos momentos de verdad y de corazón luego todo fluye, ellos están más calmados y satisfechos, y nosotros también.
El tiempo en familia es magnífico y debemos disfrutarlo. Cada familia es un mundo, cada una tiene unos integrantes diferentes, unas costumbres particulares y unos hobbies que los caracteriza. Por tanto, no os comparéis con otras familias ni las cojáis de ejemplo. Escuchad qué os apetece y qué necesitáis, qué les apetece a vuestros hijos y con qué disfrutan. Solo así podréis conectar desde lo más profundo, aprovechar el tiempo en familia, favorecer la cohesión del grupo, del clan.
Yo he decidido acariciar a mi familia con palabras, miradas, gestos, detalles, cualquier señal que les recuerde que estoy aquí por y para ellos. ¿Qué señal o gesto os hacéis en vuestro clan familiar?