Muchas veces llegamos al final de día ahogadas, abrumadas por la cantidad de tareas que hemos realizado durante el día, y la cantidad de tareas pendientes que nos quedan aún por hacer. Sara Mora, coach ejecutiv0, personal y de equipo, de Future Desing Coaching nos da pautas para no sentirnos desbordadas. Lo primero: planificar, y obligarnos a reservar unos minutos al día para pensar en lo bien que lo hemos hecho, además de tener nuestro hueco para nosotras mismas.
Este pensamiento en bucle hace que nuestro organismo genere cortisona (hormona del estrés), que nos produce cambios de humor, nos impide descansar bien, aumenta nuestro apetito, y nos dificulta la concentración. Por eso hoy quiero hablaros de la importancia de tener unos minutos para ti al final del día. Para conseguir eso es importante, primero, que nos planifiquemos bien.
Coger este hábito, al principio puede parecer tedioso, incluso una pérdida de tiempo, pero os aseguro que una vez cogida la costumbre de planificarnos el día, las horas nos cundirán más, ya que no nos llevará más de 10 o 12 minutos y conseguiremos ahorrar hasta un 25% de nuestro tiempo, porque nuestro cerebro sabrá exactamente qué acciones tiene que realizar en cada momento.
Para empezar a acostumbrarnos, al final de la jornada, realiza una lista de las tareas que te quedaron pendientes en el día y las que tienes que realizar mañana y organízalas por prioridades. Para ello, existen diversos métodos: hoy os propongo uno muy sencillo, denominado como el método “ABCDE”, que consiste en clasificar las tareas de la siguiente manera:
- Las tareas A: son aquellas que si no las cumplimos las consecuencias pueden ser terribles.
- Las tareas B: son aquellas tareas importantes, pero no tan urgentes como las tareas A, pero las consecuencias de no realizarlas pueden también ser perjudiciales para nosotras.
- Las tareas C: son aquellas tareas que tenemos que realizar, pero al no ser urgentes, no tienen consecuencias si no las hacemos ya.
- Las tareas D: son las tareas o actividades de ocio que queremos realizar, y también es importante buscar un hueco para ellas.
- Las tareas E: son tareas que llevamos postergando tanto que deberíamos eliminar de la lista porque realmente nunca las vamos a realizar.
Una vez tengamos nuestra lista hecha y organizada, sólo hay que asignar a cada tarea un tiempo determinado a una hora determinada, de esta forma veremos cómo al final de la jornada laboral, tenemos tiempo para realizar aquellas actividades que hemos clasificado como “D”.
Dejando las actividades de “ocio” o aquellas tareas con las que disfrutamos para el final del día, conseguimos que nuestro cerebro se relaje, y deje de generar cortisona, para empezar a generar oxitocina (la denominada “hormona de la felicidad”). La oxitocina, tiene grandes beneficios para nuestro organismo, nos ayuda a relajarnos, facilita la concentración, nos hace estar de mejor humor, promueve la creatividad, y nos motiva para seguir realizando nuestras actividades. Además, según vayamos tachando tareas de la lista, nos sentiremos más productivas y competentes, lo que nos animará a seguir avanzando hasta completar toda la lista.
Una vez que hemos disfrutado de nuestras actividades de ocio, que pueden ser perfectamente ir al gimnasio, acabarte ese capítulo del libro que te estás leyendo, quedar con esa amiga que hace que tanto qué no ves, o incluso ver esa película a la que le tienes tantas ganas.
Os invito a qué os reservéis unos 10/15 minutos antes de dormir para reflexionar.
Esta reflexión deberá estar centrada en felicitaros a vosotras mismas por haber gestionado tan bien el día de hoy, y preguntaros qué habéis aprendido, qué mejoraríais, qué os apetece hacer mañana cuando termine la jornada laboral, y lo bien que os sentís con vosotras mismas y con vuestra vida.
Esto, que parece que no va a tener ningún efecto, es de vital importancia, ya que nos va a hacernos sentir mejor con nosotras mismas, nos dará seguridad para seguir avanzando en nuestros proyectos y tareas; además, nos iremos a dormir más felices de lo habitual, porque al pensar en positivo, ayudamos a nuestro cerebro a seguir generando oxitocina, (hormona de la hemos hablado unas líneas más arriba), lo que nos ayudará a tener un descanso más profundo y a levantarnos con más ganas y energía la mañana siguiente.
Cómo veis, resérvarse unos minutos al final del día para realizar tus actividades de ocio, y otros pocos minutos para realizar una pequeña reflexión, es muy sencillo, y tiene grandes beneficios, tanto para nuestra productividad laboral, como para nuestro cerebro y para nuestra felicidad, ya que disfrutaremos cada día de algo que nos hace realmente felices, escaparemos de nuestra rutina de tareas y nos sentiremos más realizadas.
Y tú, ¿A qué esperas para empezar?