No sé por dónde empezar a contarte porque toda esta etapa es desorden, pero decirte que encontrarás el equilibrio, ¿cuándo? ni idea…a los 40 días, 6 meses o 2 años…ni idea. Pero llega, hace “click” y llega. Pero antes hay que digerirlo, transitarlo y vivirlo (para contarlo).
Sea o no decidida, deseada, esperada o buscada… la maternidad remueve y mucho. Sacude, moviliza y retuerce hasta el alma. Y esto, amiga, también lo debes de saber.
Y debes saber también que en ese cuarto trimestre, puerperio, postparto, cuarentena o llámalo como quieras….aparecerán emociones tan intensas que no podrás ni explicarlas. Y que puede que sea un caos emocional brutal o que pases por él a pies puntillas, pero en realidad esto no lo eliges, y por eso tienes que estar preparada para ello.
Me gustaría decirte que todo es guay, y que tus expectativas se van a cumplir. Pero recuerda que el manejo de las expectativas en esta etapa es algo complicado, y que no todo es guay.
El puerperio es tuyo, sólo tuyo y la duración y la vivencia de él depende de muchos factores y que por supuesto no hay dos iguales. Por lo que no hay comparaciones que valgan. Por lo tanto haz lo que puedas, quieras, sepas y sientas.
Recuerda que el elegir en la vida tiene sus consecuencias, y maternando se multiplican las decisiones. Pero nunca olvides que lo estás haciendo bien, muy bien.
No quiero asustar…pero esto a veces da susto sí, y más si no sabemos a lo que vamos. O quizá de más, si ya has pasado por el…sea lo que fuere, es un susto de los que molan, no sé si me entiendes? De los de sí, pero no…de los que te hacen fuertes, pero que a la vez saca lo peor de ti misma. Y de esto, amiga, poco nos han hablado.
Y porque si te han hablado, es una información que no procesamos, decibelios que no captamos, como si con nosotras no fuera esa historia, y en realidad no la es. Pero lo que cuentan es algo real, y eso no lo debes olvidar.
Porque la percepción que tú tienes en ese momento de todo, es muy diferente a la que tienen los de tu alrededor. Así que no te desgastes, no pierdas energía en cosas que no son vitales, y porque hay una parte mamífera que no puedes explicar, ni nadie entenderá. Sensaciones viscerales que sólo tú sentirás.
En el postparto date tiempo y busca ese espacio donde puedas sanar, incluido el alma.
Porque cuidar a un bebé y ser demandada las 24 horas al día los 7 días de la semana es muy heavy y puede llegar a ser agotador y abrumador (y más si das teta), a nivel físico y más mental. Así que aprende a delegar aquellas tareas que pueda hacer cualquiera y no seas muy exigente, porque si no vas a estar frustrada todo el día por una logística, que ahora a ti, no te corresponde.
El postparto puede ser muy contradictorio, y puedes cambiar de opinión al segundo siguiente de haber dicho lo contrario. Porque ahora tu foco de atención es tu bebé, y aunque tú no lo quieras, es algo mamífero e instintivo que no podrás evitar. Y eso a veces nos vuelve un poco locas, porque es difícil digerir que alguien dependa de nosotras todo el día, incluso digerir que tú dependes de esa personita para estar bien.
Quizá por un tiempo dejes de ser la dueña de tu propia vida, y dejarás de hacer cosas, pero simplemente porque no te apetezcan, vivirás momentos de agobio…pero intenta ver las cosas con perspectiva e intenta cuidarte, TÚ, un poquito cada día. Recuerda que tus prioridades cambien, no significa olvidarte de ti. Sé consciente de tus emociones y verbaliza lo que necesites. Sin más explicaciones de las que quieras dar.
Te descubrirás haciendo y diciendo cosas que dijiste que jamás harías. Y tendrás la sensación de no poder separarte de tú criatura, pero esa sensación se irá transformando, y cada una necesita su tiempo, porque cada una tiene su historia de vida.
Te meterás en el Planeta BEBÉ, en el que quizá tengas que renunciar a cosas, pero esas cosas tarde o temprano volverán. Puede que el orden tarde en volver, pero intenta encontrar tu equilibrio. Aparecerán miedos que nunca pensarías que tendrías, y te importará bien poco algunas cosas que antes te quitaban el sueño.
Las duchas ya no van a ser lo que eran, pero muchas veces curaran el alma, el cansancio y la tristeza. Tendrás días difíciles, y darás la bienvenida a la soledad y al sentimiento de culpa. Puede que te replantees tu vida. Eso también pasa. Pero al final te reencontrarás contigo misma.
A veces te sentirás cuestionada, juzgada y observada todo el tiempo. Y ve digiriendo que todo no va a seguir igual que antes.
Pero lo mejor de todo es que si podemos, repetimos esta locura. (En parte porque se nos olvida, jijiji) Porque quizá la versión que tengas ahora de ti misma, es mejor que la anterior. Porque este será el mejor y fascinante viaje de tu vida, aunque revolucionario en tu interior. Porque ni querrás ni necesitarás más. Por lo que lo bueno me lo ahorro, porque es mucho y lo vas a vivir.
Menuda aventura comienza!
Os deseo lo mejor
Un abrazo y sentido común!