¿Sabías que en Feng Shui hay un área del mapa Bagua que está relacionada con la madre? Este área está asociada a las relaciones, la madre, el número dos, las formas cuadradas y planas y el elemento de la tierra yin.

El elemento tierra a su vez está relacionado con la alimentación y el sustento, al igual que la «madre tierra».

Son muchas las áreas de nuestra vida que trabaja el Feng Shui y, sin duda, una de las más importante es el descanso de nuestros peques.

Al fin y al cabo, sin una buena base en su descanso y salud, ninguna de las áreas que queramos trabajar con feng shui podríamos disfrutarla.

  • Dormir lo suficiente

 Si bien éste puede ser un objetivo difícil de conseguir para la mayoría de las madres, también lo es para nuestros hijos, cuyos cerebros en desarrollo requieren cuidados para mantenerse sanos, felices y capaces de prestar atención en sus aprendizajes.

Y es que, en un mundo con tantísimos estímulos, las madres (y padres) necesitamos toda la ayuda que podamos tener para garantizar que nuestros hijos se despiertan frescos como una lechuga y listos para un nuevo día.

Ciertas técnicas como contarles un cuento antes de acostarse, pueden ayudar, claro que sí, pero las madres actuales estamos descubriendo que una tradición china de miles de años de antigüedad, cuando se usa en la disposición de la habitación de nuestros hijos, ofrece beneficios para su salud e incluso puede prevenirles pesadillas, trastornos del sueño, y mejores despertares.

Feng Shui es el arte del bienestar que se dedica a equilibrar nuestra vida mediante el control del medio ambiente (como el flujo de aire o la colocación, materiales y formas de nuestros muebles).

Los defensores del Feng Shui pasamos años estudiando la mejor manera de lograr la armonía en el hogar (o en el trabajo), pero hay algunos sencillos pasos que incluso un principiante puede poner en práctica para alinear la habitación de su niño y favorecer un equilibrio adecuado.

Veamos alguno de ellos:

  • Libre de desorden

 El desorden debajo de la cama es uno de los culpables frecuentes de las disputas. Mantén el despacio despejado para una mente clara.

Y si el escritorio de tu hijo está en su cuarto, también es aconsejable mantenerlo ordenado -aunque sin obsesionarse-. Porque si por ejemplo tu hijo está esforzándose por sacar un proyecto escolar adelante o un examen, y se mete en la cama con ese proyecto a la vista, esa energía negativa podría afectar a su descanso.

Ten en cuenta que el dormitorio debe ser un espacio de descanso, no de trabajo. Así que, si tu espacio te lo permite, coloca el escritorio de tu hijo en otra habitación o mantenlo en orden sin tareas o apuntes a la vista.

Y para un dulce despertar, siempre que lo hagamos con sutileza, la luz del sol natural alertará a su cuerpo de que es hora de despertarse.

Un poco de aire fresco también le ayudará a expulsar cualquier energía negativa y reponerla con dulzura.

 

  • Presta atención a los colores

Aquí mi consejo es evitar los tonos excesivamente brillantes y ser cauta con los colores asociados al fuego (rojos, naranjas, rosas)… ya que pueden sobre estimularle y causarle inquietud.

Feng shui colorea la habitación a una energía más pacífica que conduce a un mejor sueño. Así que crear un ambiente relajante con tonos suaves y pasteles como el vainilla, o decantarnos por colores neutros con tonos tierra cálidos, sería una buena elección.

Mantener los colores llamativos solo como acento, en los juguetes por ejemplo para que haya un poco de cada uno.

Promueve la “suerte” de la cama

Todas sabemos lo angustioso que es volver a casa con una cama sin hacer, pero es mucho más importante dónde se coloca.

Evitemos poner la cama bajo una ventana (o cerca de la cocina o baño). Una buena base sólida en el cabezal de la cama proporciona a nuestros hijos soporte y estabilidad, mientras que una ventana hace lo contrario permitiendo que la energía entre y salga durante su sueño, lo que lo puede hacer un descanso inquieto.

Los cabeceros están bien, especialmente si están hechos con materiales sólidos y naturales.

Y no debemos colocar la cama con los pies de nuestro hijo apuntando directamente hacia la puerta mientras duerme, pues estaría drenando la energía vital o lo que llamamos, “Qi».

Una pieza de madera, baúl o mueble puede ayudarnos si la cama debe estar situada así, aunque en general se considera que suprime el flujo de la energía.

También es aconsejable mantener la cama alejada de la puerta, pero teniendo visión directa a ella, ya que esto le producirá una sensación de seguridad y tranquilidad.

Si la habitación de nuestro peque tiene un techo inclinado, el Feng Shui nos dice que es mejor no colocar la cama debajo, ya que se cree que el cuerpo necesita igualmente cierto espacio vertical para descansar.

Por supuesto, todos estos consejos también puedes aplicarlos en tu dormitorio. ¿Y adivina qué? Las mejores prácticas de Feng Shui también nos ayudan en el área del amor y del romance.

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