¿Odonto qué? Odontopediatra.
La Odontopediatría, es la especialidad de la Odontología encargada de promover y conservar la salud de los más peques de la casa, desde que nacen, hasta la edad adulta; o dicho de otro modo, la Odontopediatría es en la Odontología lo que la Pediatría en la Medicina (y estoy segura que a este último, vas desde el primer día de vida).
Por este motivo, un odontopediatra hace primero sus 5 años de Odontología (como un pediatra hace primero medicina) y posteriormente se capacita por 2 o 3 años más en esta etapa de la vida, que engloba no solo los dientes y el desarrollo y crecimiento de huesos y músculos, sino que también nos forma sobre psicología infantil para abordar distintos tipos de conducta que se pueden dar en el gabinete dental (especialmente el “miedo al dentista”) y otras disciplinas como es la nutrición infantil (para entender que no solo las chuches pueden producir caries), por ejemplo.
Pues bien, una visita temprana al Odontopediatra, no es sinónimo de caries, problemas o euros; es sinónimo de prevención.
Cuando tienes en tus manos al mayor tesoro de tu vida, además de llenarte de miles
de sensaciones y emociones, estoy segura de que también te abordan cientos de dudas e inseguridades. Para las generales, como ¿cuántos pañales es normal que moje al día?, ¿debo de preocuparme si en dos días no hace popó?, y ¿cómo debe ser su primer baño?, sin duda, acudimos al Pediatra.
Pero para responder a dudas más específicas sobre los cuidados orales como: ¿cuándo debo empezar a cepillar a mi pequeño?, ¿hay que utilizar pasta dental? o, por ejemplo, y mientras no tenga dientes ¿es necesario hacer algo?, ¿no sería mejor acudir al Odontopediatra?
Quizá te has visto reflejada en algunas de estas preguntas, así que salgamos de dudas en tanto que vas buscando al odontopediatra que mejor te cuadre para pedir cita oficial:
Si no hay dientes, ¿hay que cepillar la boca del bebé?
No, porque si no hay dientes, nunca podrá darse una situación de caries (otra cosa es que la mamá o papá lo prefiera por crear un futuro hábito o no le guste verle con la boquita blanca; pero no tendría razón científica de hacerse).
Incluso se ha demostrado que, en caso de estar con Lactancia Materna, mientras no haya dientes, es mejor dejar los restos de leche porque mezclada con la saliva del bebé, potenciará el beneficio inmunológico que la leche materna nos aporta.
Entonces, ¿desde cuándo debo cepillar a mi hijo? Y pasta dental, ¿con o sin flúor?
Desde que sale el primer diente, tal y como avalan todas las sociedades científicas, como la Sociedad Española de Odontopediatría, SEOP, https://www.odontologiapediatrica.com/)es necesario cepillarse con pasta fluorada en un rango de 1000 a 1500 partículas por millón de flúor (ppm F), ya que hoy por hoy, es el único producto que ha presentado evidencia en la prevención de la caries, si además existe un control de azúcar en la dieta, y debe ser aplicado con un cepillo con cerdas de nylon (nada de cepillos o dedales de silocona, basta con que el cepillo se adapte por el mango al adulto que vaya a cepillar al menor y tenga un cabezal pequeño).
Por eso, el odontoconsejo es que, cuando vayas a comprar la pasta dental del peque, no te fijes en la edad que indica el tubo, si no en su concentración de flúor.
¿Y cómo hago para que no se trague la pasta?
Hay dos cantidades a aplicar de pasta fluorada en el cepillo, en función de la edad del niño:
Menores de 3 años: cantidad de arroz
Mayores de 3 años: cantidad de guisante.
Estas cantidades, como las de cualquier otro medicamento (y por eso la aplicación de la pasta y el cepillado debe realizarlo un adulto), han sido aprobadas como seguras aunque nos las tragásemos enteras y tendríamos que llegar a tragar la cantidad de 13 guisantes al día (o sea cepillarte 13 veces), para considerar que pueda darse un riesgo leve de fluorsosis (¡ni siquiera yo, que soy odontopediatra, me cepillo 13 veces al día!)
¿Es necesario enjuagarse después?
¡¡NO!! Pero ni peques, ni mayores.
Piénsalo, ¿te vuelves a duchar después de echarte crema en el cuerpo? Pues tras aplicar crema dental, tampoco es necesario para no perder el efecto del flúor.
No olvides que una primera visita al Odontopediatra, en el primer año de vida (tal y como recomiendan los expertos), permitirá responder a estas y otras consultas básicas sobre prevención, y de esta manera seguro que conseguiremos una generación libre de caries, y nos olvidaremos de ese “miedo al dentista”.
Si aún no has encontrado Odontopediatra en tu zona, o tienes dudas sobre los cuidados en salud bucodental de tu peque, no dudes en consultame en http://@dra_cuentadientes