En MAMIfit, la maternidad es nuestra razón de ser. Nuestro principal objetivo es que las madres o futuras madres hagan deporte, sobre todo en esos primeros meses en los que nos sentimos desbordadas y no tenemos tiempo para nada. Nos gusta escuchar experiencias de madres, qué sintieron cuando llegó el momento. Ana es madre y escritora (mira su libro Mommy amor en uso. Embarazo y maternidad. Fuera miedos, fuera mito), y escribe sobre lo que más le gusta: la maternidad. Así la ve ella.
Como madre primeriza de una niña de casi dos años, sé lo que es que tu vida de un vuelco y arrase con toda tu rutina. Te mentalizas, priorizas y aceptas que todo ha cambiado, porque quien diga lo contrario está endulzando el asunto. Tu vida se llena de acontecimientos en los que tu hijo es el protagonista y con él aprendes y cambias. Dejas de ser una mujer solamente, para ser mujer y madre.
Una madre ofrece pero también recibe, y mucho.
Ha sido en gran parte mi hija quien me ha animado a escribir y publicar mi primer libro de maternidad, y en ello sigo, porque al igual que muchas mujeres, quiero conciliar vida laboral y la crianza de mi pequeña. Por el camino estoy encontrando a maravillosas y luchadoras mujeres, cuyo discurso es el mismo que el mío.
Pasando por pueblos carentes de recursos donde los bebés son aseados solo con la mano de su madre y palos del suelo o aclarados con agua que su madre recoge en su propia boca, a ciudades más cosmopolitas o países grandes y poderosos con comodidades y mil utensilios, existen MADRES que abanderan la misma cualidad: el amor y veneración a sus hijos. Todas acunan y cantan, abrazan y acarician.
Desde el momento que elegimos ser madres nuestra entrega es ya total. El desarrollo de nuestro embarazo tanto a nivel físico como emocional se convierte, para casi la mayoría de mujeres, en su prioridad. Y si no es así deberíais amigas plantearos que así sea, por varios motivos:
En primer lugar por vosotras mismas, por vuestro bienestar y porque es una etapa única y el recuerdo de lo vivido será inmejorable. No hay nada que me moleste más que el estereotipo de mujer embarazada gorda, desaliñada y prácticamente inmóvil en un sofá. Si la salud nos lo permite y el médico y/o matrona nos lo aconsejan, el deporte diario es fabuloso y enriquecedor para mamá y bebé dentro y fuera de la barriga. Os lo dice alguien que hasta el último día del embarazo hizo deporte.
En segundo lugar porque vuestro bebé ya depende de vosotras. El bebé requiere de vuestro cuidado en vuestro interior. Todo lo que hagáis repercutirá en él. Debéis tener ciertos hábitos saludables y mejorar en aspectos del día a día que solo interferían en vosotras. Ahora ya sois dos.
La alimentación: comer saludable es muy importante, frutas, verduras, carne, pescado, frutos secos.., evitar los fritos y la bollería…, todo os lo indicará el facultativo médico de referencia, incluso os dará un listado, al igual que os recetará vitaminas prenatales o Hierro si fuese preciso. El ácido fólico también es un imprescindible; el cuidado de la piel, si queréis con aceite de almendras, que es natural, para prevenir las estrías, protegerse del sol con alto factor de crema solar y facial; la hidratación bebiendo mucho agua; El descanso es necesario y relajar cuerpo y mente después será más complicado y una ha de tener reservas; el reláx mental, desconectar del estrés diario, evitar discusiones o conflictos personales, familiares o laborales ya que todo perjudica al bebé; el ejercicio: clases para embarazadas, caminar, nadar, bailar…aportan actividad y te mantienen en forma.
Todo debe tenerse en cuenta para asegurar un embarazo adecuado para madre e hijo.
Las madres estamos siempre dispuestas por nuestros pequeños. La primera ocasión en la que ejercemos este rol sucede durante los 9 meses, cuando de la noche a la mañana has de renunciar a tu modo de vida para actuar en base a las necesidades del ser que llevas dentro. Ahí ya demuestras lo que te importa y la clase de madre que serás.
Es innegable el vínculo tan poderoso entre una madre y su hijo. Una madre lo da todo. Las caricias, el mimo, consuelo y confort de una madre son imprescindibles para un bebé. Un bebé reconoce a su madre por su olor como una madre a su hijo por el llanto. Ambos se encontrarían a ciegas entre la inmensidad del mar. Una madre muere en vida sin su hijo, como un hijo sufriría al crecer sin el beso de una madre.
Ana M. Longo