Comúnmente conocida como cadera en nuestros entrenamientos para mamás embarazadas, esta zona cobra vital importancia y es por lo que en todas las sesiones de MAMIfit damos a conocer y ponemos en valor su trabajo.
La importancia de la movilidad de la pelvis radica en su composición. Es complejo y extenso explicar la anatomía de esta articulación, ya que la forman multitud de estructuras óseas, ligamentosas y musculares, entre otras. Por ello destacaré ciertas nociones básicas para que conozcas dónde se encuentra, porqué es importante trabajarla y cómo hacerlo.
Y mi cadera…?
La cadera se localiza en la región inferior del tronco. Es la zona donde se unen la pelvis y el fémur, por tanto, se considera una articulación. Contamos pues con dos caderas, una por cada pierna. No es una articulación visible como la rodilla o el hombro, lo que hace que generalmente no se sepa localizar con precisión, ya que se encuentra en el seno de grandes masas musculares.
El porqué de su importancia…
Su estabilidad y la fuerza de su musculatura son necesarias en funciones básicas como caminar o mantenernos en pie. Su flexibilidad es indispensable para la soltura y el bienestar, ayuda en el encajamiento del bebé así como en la adopción de la postura más favorable a la hora de dar a luz. Llegado el momento, busca la posición que te sea más cómoda. Si cuentas con una buena higiene postural, podrás colocarte como quieras y así acceder al expulsivo de la forma más favorable. Por otra parte, como consecuencia del sedentarismo, habrá una rigidez que tendrá repercusión en la columna vertebral, en la rodilla y pie, pudiendo llegar a ser un freno para el movimiento de los miembros inferiores (tren inferior).
¡Vamos al movimiento!
Hay múltiples formas y maneras de darle vida a tu pelvis. Elige aquella con la que más cómoda te sientas. Elvis Presley ya nos enseñaba un clásico, lo que técnicamente se conoce como movimiento de anteversión-retroversión pélvica. Un ejemplo claro también lo tenemos en los bailes latinos como la salsa, la bachata o el merengue, con sus característicos cambios de peso y movimientos pegadizos. Igualmente, la danza del vientre es una especialidad basada en pasos en los que se balancean las caderas de forma sensual. Por último, y más actual es el twerking, que incluye movimientos de empuje de caderas… Lo importante es moverse, da igual cómo.