Los pesarios son una herramienta considerada órtesis, cuya función principal es tratamiento del prolapso orgánico pélvico y/o incontinencia urinaria.El dispositivo se coloca a nivel intracavitario vaginal y funciona como soporte para los tejidos y las vísceras pélvicas que han sufrido un descenso por cualquier razón.Sabemos que existen factores de riesgo para la aparición de prolapso orgánico pélvico, entre ellos obesidad, parto vaginal, terapia hormonal, deporte de impacto, edad, genética… por lo que te sorprenderá escuchar que uso está recomendado para todo tipo de mujeres.
Su prescripción, ya que se considera órtesis, la puede realizar tu fisioterapeuta de suelo pélvico, así como ginecólog@, y su uso e indicaciones son de lo más variado.
Como profesional de la salud, yo también entendía los pesarios como esa solución que se le daba a las mujeres en etapa post menopausia mientras esperaban ser operadas, pero cómo de equivocada estaba.
Los pesarios son un dispositivo fantástico para muchísimas casuísticas, para todas las edades y mejoran de manera significativa los síntomas que sufren las mujeres con prolapsos; Presión o pesadez en la pelvis o la vagina, problemas con las relaciones sexuales con penetración, escapes de orina… en general, calidad de vida.
Son una herramienta que puede colocarse de manera puntual o fija, esta última con más efectos secundarios como pequeñas úlceras por presión o molestias de flujo. La colocación fija del pesario ha sido la manera tradicional, sin embargo, a parte de los efectos secundarios, precisan revisiones ginecológicas cada cierto tiempo y son una opción menos económica que limitan la vida sexual de la mujer en cuanto a la penetración se refiere.
Por ello, hemos decidido formarnos en nuevas actualizaciones de pesarios para poder ofrecer su prescripción y enseñar su colocación de manera autónoma, ampliando así sus beneficios.
Los pesarios autónomos pueden evitar fácilmente los efectos secundarios realizando auto tratamientos de hidratación y dejando tiempo de descanso a la vagina.Además, dan total libertad para utilizarlos según las necesidades de cada mujer mientras completan y realizan su tratamiento de rehabilitación.
Los casos en los que más solemos indicar su uso autónomo son:
- Mantenimiento diario para mejorar la sintomatología diaria del prolapso y quitárselo para descansar por las noches, mientras se completa el tratamiento de reeducación del suelo pélvico.
- Para mujeres que realizan deportes de impacto que superan sus umbrales de continencia, por supuesto sin olvidar el trabajo complementario de cuidados del suelo pélvico.
- Mujeres que lo usan sólo durante épocas de mucho estrés o cuando tienen la menstruación, que es cuando suele sufrir el suelo pélvico.
- Como prevención mientras se realiza actividad física para mejorar la adherencia al entrenamiento mientras se soluciona el prolapso.
- Mujeres que necesitan atrasar la cirugía de prolapso orgánico por alguna razón médica o simplemente la quieren evitar a toda costa.
Los pesarios, por supuesto, son un complemento maravilloso para que las mujeres no pierdan la adherencia al tratamiento de fisioterapia, a la actividad física y mejoran su calidad de vida, pero son un complemento al tratamiento, no un tratamiento en sí.
Para determinar el uso del pesario, es necesario realizar dos valoraciones de fisioterapia. Una general global para valorar cuál puede ser la causa del prolapso, detectar el grado de este, factores de riesgo y ver realmente si el pesario estaría indicado.
En caso afirmativo, se realizaría una sesión especializada en pesarios, en la que se toman las medidas del pesario, se prueban todas las tallas según el grado y características de prolapso presente y finalmente se optaría ya por un pesario funcional y cómodo para las actividades lesivas de la paciente. En esta sesión hay que realizar movimientos funcionales con el pesario para estar seguras de que es el adecuado, y una vez decidido, se enseñan las maniobras de inserción y desinserción.
La pauta de decisión del pesario debería ser siempre “El más pequeño y cómodo que cumpla su función”. Aunque como entran dentro de una rehabilitación activa, puede ser que haya que cambiarlos al tiempo.
Todo pesario llevará su informe de uso, en el que se especificará qué tipo de cuidados realizar, las visitas periódicas que se deben realizar, qué efectos secundarios puede tener y cómo detectarlos, los profesionales a los que acudir en caso de que ocurran y la información del pesario en uso.
Por lo tanto, si tienes sintomatología de prolapso y/o padeces de factores de riesgo para su aparición, ponte en manos de un fisioterapeuta para iniciar el proceso de rehabilitación, valorar su pronóstico y quizá un pesario pueda retrasar o incluso evitar una posible una cirugía.
Elisa García. Col. 11940.