Mi nombre es Lara Marín. Madre de dos niños, nutricionista, enfermera y doula. Pongo madre delante porque para lo que os voy a hablar resulta significativo.
Si me hubiesen dicho que escribiera este post hace 5 años, el contenido sería completamente distinto. En ese momento era 5 años más joven, y 5 años más intrépida y prejuiciosa. Si me hubiesen preguntado por mi opinión sobre que los bebés comieran sólidos desde los 6 meses me habría lanzado a defenderlo a muerte, criticando miedos e inseguridades de esas madres temerosas del atragantamiento y la muerte (ja!).
Pero la vida es así de maravillosa y nos pone a todas en nuestro sitio. Para quien todavía no sepa muy bien de qué va el tema, voy a hacer una
pequeña introducción. El baby led weaning es la introducción de la alimentación complementaria en los bebés a partir de los 6 meses, teniendo en cuenta una serie de señales que nos da el bebé para saber que está preparado para ello. No todos los bebés están preparados a esa edad. Algunos tarden un poquito más, pero nunca antes.
Esto no lo digo yo, lo dice la Organización Mundial de la Salud. Hoy en día casi todo el mundo lo conoce. Las redes sociales están llenas de bebés sin dientes devorando muslos de pollo y dando arcadas a diestro y siniestro hasta que sacan un trozo de plátano de la boca. Algunos profesionales sanitarios, por suerte, empiezan ya a recomendarlo e incluso defenderlo en los centros de atención primaria. E incluso algunos abuelos y abuelas empiezan a presumir de nietos que comen sano y sin protestar desde muy chiquitines.
En mi caso, la introducción de alimentos con Hijo 1 hace 5 años fue fácil, maravillosa y pude aplicar todo lo que había aprendido como nutricionista a la perfección. Sin embargo, tuvo que llegar Hijo 2 hace 10 meses para callarme, para volverme muchísimo más empática y comprensiva con los miedos. Hijo 2 vino para enseñarme que hay miedos irracionales, que hay ritmos rápidos, lentos y que en realidad no hay ritmos desde la visión del bebé. Que hay que tener paciencia y que a veces las cosas no suceden como esperábamos. Hijo 2 ha venido al mundo a atragantarse mucho, a no interesarse por la comida tanto como yo y, sobretodo, sus abuelos y abuelas querríamos. Y, por supuesto, ha venido al mundo a enseñarme que la
introducción de sólidos necesita compañía y gente que nos ayude a gestionar y respirar nuestros miedos.
Así que madres, padres, tías, abuelos y demás personas que queráis empezar con este maravilloso mundo de la alimentación del bebé, os ofrezco todos mis conocimientos y mi experiencia para recorrer este camino de la mano. Yo he cometido errores pero también he aprendido muchísimo. A día de hoy me siento orgullosa de cómo he ido evolucionando y puedo aseguraros que es un camino que se disfruta mucho más en compañía.
Os animo a que os apuntéis a los talleres que iremos impartiendo en Mamifit. Yo estaré apoyándoos con conocimiento, evidencia científica y con mucho cariño y comprensión.
No lo has podido describir mejor. La maternidad es un proceso increíble de desaprendizaje. El BLW es maravilloso y una aventura que hay que adaptar a peques y mayores. El respeto por el ritmo del bebé es indiscutible.