¡Estamos en la Semana del Parto y Nacimiento Respetados! ¡Menuda celebración! ¡Hurra!
Es maravilloso cuando las madres nos contáis vuestros relatos de parto, ya sea en hospital, en casa ¡o incluso en otros lugares totalmente improvisados debido a la urgencia del momento! Hay un sinfín de historias llenas de anécdotas curiosas, felices, divertidas, insólitas, plenas de luz y algunas hasta de auténtica magia.
¿Y qué es un Parto y Nacimiento Respetados? Así lo cita el Ministerio de Salud de Argentina:
“Se denomina parto y nacimiento respetados o parto humanizado a un modo de atender el proceso de parto y nacimiento en el cual se privilegia la voluntad de la mujer que va a dar a luz y se respetan sus tiempos fisiológicos personales. El objetivo es que el momento del parto sea un espacio familiar donde la mujer y su bebé sean los/as protagonistas, donde el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible.”
El instante del parto-nacimiento es un momento merecedor de toda la atención, de mucho amor, respeto, calidez y cercanía. Pero entonces… ¿por qué motivo celebramos, o mejor dicho, reivindicamos en esta semana, el parto y nacimiento respetados? ¿Será debido a que no todos los partos y nacimientos se dan en condiciones de cuidado y respeto? Desgraciadamente, así es.
No ocurre en todos los lugares a todas horas, pero es algo extrañamente frecuente. No todos los relatos de parto que nos contáis, son motivo de celebración. En muchas más de las ocasiones deseadas, estas historias nos hacen pensar en qué estamos fallando quienes asistimos a madres y bebés.
Como matrona y doula, me entristece que a día de hoy, aún en 2018, mujeres y familias han de defender sus derechos, han de parapetarse tras sus planes de parto para no ser vulneradas, que tengan que optar por otras opciones de acompañamiento respetuoso como pueda ser la compañía de una doula o una matrona independiente, que deban estar ojo avizor de que no se transgreda en contra de los derechos del/de la recién nacido/a que existan tantas asociaciones y grupos dedicados a la defensa de la mujer y del/de la bebé en este periodo tan significativo de nuestros ciclos vitales…
Por ello, quiero poner la atención en dos puntos de un mismo continuo: el punto de partida y el fin deseado.
Nuestro punto de partida es que aún en España, según los datos que podemos consultar en cualquier momento en el Instituto Nacional de Estadística o INE , en el Informe sobre la Atención al Parto y Nacimiento en el Sistema Nacional de Salud , en el Informe del Observatorio de Violencia Obstétrica u OVO, y observando las diferencias entre los resultados obtenidos y las recomendaciones estatales y las recomendaciones facilitadas por la OMS , la tasa de cesáreas registrada en 2012 ronda el 22% (en 2017, según datos del INE, ha ascendido al 27%), una tasa muy por encima de las recomendaciones de OMS, que indican que no existe beneficio derivado de la práctica de cesáreas por encima de una tasa del 10%; las cifras de partos inducidos superan el 50% de los partos atendidos (la tasa recomendada tiene un máximo del 10%), los partos instrumentalizados o partos vaginales facilitados por el uso de fórceps y otros instrumentos obstétrico-quirúrgicos llegan a casi el 20% de los partos que se dan por vía vaginal, la tasa de episiotomías aún ascienden a un poco más del 40% de los partos eutócicos (partos vaginales), tasa que hace 20 años era del 75%, pero la recomendación mundial la sitúa por debajo del 15%; y una técnica proscrita y criminalmente perseguida en numerosos países europeos debido a su peligrosidad para madres y bebés, la maniobra de Kristeller, se sigue practicando en España en más del 25% de las ocasiones, y cuya recomendación es del 0%
Me resultan muy llamativos estos datos. ¿Qué pensáis?
Os dejo por aquí un reportaje de 2017 que resume cuáles son las prácticas indeseables que a día de hoy, en nuestro punto de partida, han de erradicarse, un documental realizado por la Plataforma pro Derechos del Nacimiento, asociación sin ánimo de lucro que aboga por un parto y nacimiento respetados y sin violencia, y en el que participé el pasado año.
Ahora bien, ¿cuál es el fin deseado, nuestra última parada, el destino que queremos hacer real?
No tiene por qué ser una utopía, ya que un parto y nacimiento gentiles, protegidos, cuidados, respetados… es la realidad de muchísimas mujeres y familias también a día de hoy en España. Conozcamos un poco más sobre esta bella y afortunada realidad, que es la deseable para todas las madres y bebés que confían y cuyos cuidados están en manos de matronas, obstetras, médicos de otras especialidades, enfermeras/os, psicólogos/as, doulas, asesoras/es en maternidad…
¿Cuáles son los beneficios y cualidades de un parto y nacimiento respetados?
- Tener el derecho a elegir cómo, cuándo, dónde y con quién parir.
- Ser bien tratadas/os, sin acusaciones, juicios, dudas sobre vosotras/os, vuestro estilo y opción de vida, vuestra etnia o cultura…
- Ser consideradas mujeres sanas y no cercanas a un proceso de enfermedad sólo por el simple hecho de estar embarazadas.
- Que se os facilite todas las circunstancias importantes que rodean este momento tan vuestro, que se os proporcione intimidad, temperatura agradable, luz tenue, movimiento libre, tiempo ilimitado, consentimiento para toda práctica propuesta por personal sanitario, información veraz y adecuada, comunicación verbal y gestual amable y eficiente, cuidados conscientes y amorosos, silencio o música, espacio para hablar, expresaros, cantar, reír, llorar, bailar…
- Estar acompañadas durante todo el proceso, si se desea, de vuestra pareja o cualquier otra figura de apego elegida libremente por vosotras.
- Que se respete y haga valer vuestra voluntad, sin violentaros, sino expresando y percibiendo asertividad.
- Poder practicar el pinzamiento tardío para que toda la sangre necesaria retorne a vuestro/a bebé, y también el contacto piel con piel nada más nacer el/la bebé, poder estrechar el vínculo con él/ella, poder sentir su olor, su mirada…
- Que se os dé la opción de más alternativas para la sublimación del dolor, que no toda esta gestión se centre en el uso de la epidural o fármacos.
- Disponer del tiempo necesario para poder gestar, parir y nacer sin prisas, sin miedo, sin violencia y sin amenazas.
- No ser sometidas a rutinas y protocolos clínicos innecesarios o desactualizados.
- Tener la potestad de expresar ira, rabia, dolor, miedo… sin ser juzgadas o castigadas, silenciadas.
- Poder experimentar placer y gozo en este proceso, sintiéndoos dueñas de vuestro cuerpo, ¡porque es vuestro! ¡De nadie más!
Rocío Esperanza Torres Ruz
Matrona independiente y doula
Colegiada n° 13399